Madeline Mann se convertirá este año en una chica mayor de edad, aunque por su apariencia menuda uno puede pensar que se trata de una chiquilla más joven. Sin embargo, la mera existencia de Madeline es casi un milagro y por eso no importa que apenas ronde el metro y medio de estatura: cuando nació, antes de los siete meses de embarazo, pesaba menos que una lata de refresco, 280 gramos.
Aún no habían comenzado los años noventa y sus revoluciones médicas, pero Madeline pudo sobrevivir y crecer sin más problemas que un asma controlado por la atenta mirada de su familia, los médicos y los medios de comunicación. De hecho, y a pesar del tiempo transcurrido, Madeline sigue siendo el bebé más pequeño que ha salido adelante.
Madeline que ha desarrollado una vida normal, toca el violín y patina, y aunque le ha costado años superar una neumonía, es un ejemplo para los prematuros.
Puedes leer el artículo en La Voz de Galicia: http://www.lavozdegalicia.es/se_sociedad/noticia.jsp?CAT=105&TEXTO=5885712
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