El Diario El País ha publicado este artículo de María R. Sahuquillo sobre prematuros que ya son más mayores. Un artículo para la esperanza. Se puede destacar como positivo este párrafo:
"Martín y Alejandro, mellizos, nacieron con 33 semanas y 1.800 gramos de peso. "Eran como ratitas. Ahora no se dan ni un aire", explica Jerónimo, su padre. Mientras su padre habla, Martín, de cuatro años, ha traído un álbum de su habitación. "Es de cuando nació. Mira cómo eran", dice orgulloso. Dos niños amoratados y muy pequeñitos observan desde la fotografía. "Y eso que eran de los grandes. Allí había niños de 800 gramos", asegura Elena, su madre. "La primera vez que les vi, me quedé espantado. Canijísimos, llenos de sondas. Eran todo cabeza", cuenta Jerónimo. Estuvieron 22 días ingresados en la UCI, hasta que cogieron peso suficiente y pudieron irse a casa. "No te imaginas lo que costaba que cogieran unos gramos", explica su padre. Como todos los recién nacidos, los prematuros pierden peso al nacer. Martín y Alejando llegaron a pesar un kilo y medio. "La mayor pesadilla era que se tomaran el biberón. Que te dijeran el peso era como un examen", recuerda Elena.
Martín pasa las páginas de su álbum de recuerdos. "Mira, eran tan pequeños que teníamos que comprarles ropita de muñeco. La ropa y los pañales de prematuros les quedaban grandes", ríe Jerónimo, y muestra una foto en la que los dos bebés llevan una camiseta que pone "Baby born".
Martín y Alejando no tienen secuelas. "Lo único es que son un poco más menudos que los niños de su edad. Y que empezaron a hablar más tarde", dice el padre. Sus hijos dibujan laboriosamente en el salón. "No, un sol no es así. ¡Trae!", le dice Martín a Alejandro. "Ves, son niños normales", dice Elena, "con sus peleas y todo".
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/riesgos/nacer/tiempo/elpepusoc/20070313elpepisoc_8/Tes
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